El libro «La búsqueda de Dios» de A.W. Tozer, parece haberse escrito en nuestros tiempos, porque los tiempos que se describen allí, parecen ser los mismos tiempos que hoy vivimos. No hace falta tener sólo buenas opiniones bíblicas, o ser ortodoxo, sino hace falta algo más, ansiar a Dios con todo el corazón. Como decía el salmista «En Tu Ley me deleito» (Salmo 119:70).
En el prefacio se puede leer lo siguiente:
Lo digo con amor, pero en nuestros pulpitos falta calidad espiritual. Nuestros tiempos son semejantes a los de Milton, que le hicieron exclamar, «Las ovejas hambrientas miran interrogantes, pero nadie las alimenta.» Es algo patético, y lamentable, ver a los hijos de Dios sentados a la mesa del Padre y desfalleciendo de hambre. Se confirma la sentencia de Wesley: «La ortodoxia o correcta opinión, es, después de todo, parte muy endeble de la religión. Si bien es cierto que nadie puede tener buen carácter sin tener buenas opiniones, es posible tener buenas opiniones sin tener buen carácter. Se pueden tener excelentes opiniones acerca de Dios sin que ello signifique que se lo ama o se desee servirle. Satanás es una prueba de ello.»
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